Por Wilma maldonado arrigoitía / wilma.maldonado@gfrmedia.com
Mientras algunos arecibeños han padecido los efectos de la contaminación de la zona sobre su salud y la de sus familias, otros han visto desaparecer las dunas de arena desde los años 60 y al mar meterse en sus casas por el abuso de los recursos naturales que posee este enorme municipio costero. Don Luis Torres lo narró cómo él y sus vecinos han visto la relación directa entre la destrucción de dunas de arena en las playas de Arecibo con el oleaje que empezó a inundar su barrio. “Después que sacaron arena, y debido a eso, en el 1968 vino una marejada que entró por el negocio de Amaranto Rojas González hacia la carretera 681 y ahí se le inundó la casa a Juana Torres Conté, mi hermana”, recordó este líder comunitario del barrio Islote. “El agua llegó un promedio de cuatro pies dentro de la casa, continuó. Don Luis recordó que “mi esposa se desesperó cuando vio que la mar estaba saliendo por todos lados y salió a buscar a los hijos de nosotros. César Soto y un hijo de José Fernández, la tuvieron que aguantar cuando vino un marullo y se la iba a llevar porque el agua llegó hasta La Vía”. Este arecibeño junto a su hermana y otros vecinos comenzaron en la década del 70 una lucha contra la extracción de arena en su barrio, donde estiman que sus playas perdieron un 60 por ciento de sus dunas debido a la extracción de arena. “Las dunas, además de acumular y guardar arena para la misma playa y protegerla y alimentarla en caso que lo necesiten, actúan como amortiguador de energía. Entonces, a medida que uno va eliminando esas dunas, uno está reduciendo lo que se llama el umbral geomórfico de la playa”, explicó la doctora Barreto, profesora de Geología de la Universidad de Puerto Rico (UPR) Recinto de Río Piedras. “Si la duna protegía ante el oleaje y ahora le saco arena, ya sea parcialmente o totalmente, puedo tener un oleaje con menos intensidad y me produce el mismo daño que me produce un huracán”, agregó. En los 21 km de costa que tiene Arecibo se observan tanto la eliminación de dunas y la erosión como las construcciones en la Zona Marítimo Terrestre (ZMT). En un recorrido por las playas se pueden ver residencias hundidas en arena porque la naturaleza insiste en devolver la duna. También se ven mansiones de reciente construcción, que tienen por vecinas estructuras destruidas por el oleaje ante la pérdida de playa. De igual forma, hay establecimientos comerciales que celebran grandes eventos musicales dentro de la misma playa en la que anidan tortugas marinas. Décadas de erosión Durante décadas Barreto ha estudiado la erosión en las playas arcibeñas y ha demostrado que esa costa ha sido impactada por la cuenca hidrográfica del río Grande de Arecibo, incluyendo sus represas; y la extracción de arena, así como por los cambios en los usos de terreno a lo largo de la cuenca. La doctora señaló que en la playa Jareales (desde la desembocadura del río hasta el muelle), entre el 1963 al 1971, hubo hasta un metro de erosión, mientras que entre el 1987 al 1999 encontró un aumento de más de un metro anual. “Pero ya con lo que erosionó entre el 60 al 90…hace que marejadas y oleajes que antes no llegaban tan adentro de la zona, ahora te inunden más…y eso se ve entre Barceloneta y Arecibo”, dijo la profesora al destacar el riesgo que eso representa para la vida y propiedad. Al día de hoy Arecibo no tiene un Plan de Uso de Terrenos (PUT) aprobado. Zonificación cambia como la marea La secretaria del DRNA, Carmen Guerrero, reconoció que la línea para definir la ZMT ha estado sujeta a la discreción del secretario de turno y al proyecto a realizarse, por lo que se hace indispensable una nueva Ley de Costas. “Tenemos que hacer un sistema que dé certeza, que dé consistencia tanto a los grupos comunitarios como a los proyectistas, a los dueños de terrenos privados que tienen terrenos en la costa”, expresó Guerrero. Para el catedrático en oceanografía física, Aurelio Mercado, la Ley de Costas debe aclarar de una vez el concepto de ZMT porque su definición, que ha tenido como origen la Ley de Aguas española de 1866, ha estado libre a interpretaciones. No obstante, insistió en que esa definición tiene que ser a beneficio de la seguridad de los puertorriqueños y al derecho al disfrute de las playas. Por su parte, el presidente de la Junta de Planificación, Luis García Pelatti, afirmó que tanto el deslinde como el Plan de Uso de Terrenos “considerará el cambio climático y la erosión” en la costa. Recurso: http://www.elnuevodia.com/elmarreclamasuespacio-1556896.html#.Ue0R6_X1pn0.facebook
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