![]() Por Aurora Rivera Arguinzoni /arivera@elnuevodia.com CULEBRA - No hay duda. La oposición a un parque eólico cercano a la espectacular Playa Flamenco en esta isla municipio es abrumadora por parte de indignados líderes ambientales y grupos comunitarios culebrenses. Las rotundas expresiones de estos y el mar de dudas presentadas en la vista pública realizada ayer por la Junta de Calidad Ambiental (JCA) anticipan una batalla campal contra el proyecto Punta Flamenco Windfarm. Cabe señalar que en la vista de la JCA solo apoyaron el parque eólico su desarrollador, el empresario Víctor González Barahona, y Juan Díaz Galarza, director ejecutivo interino de la Administración de Asuntos Energéticos (AAE), que es la agencia proponente. El resto de los que alcanzaron a expresarse ante el juez administrador de la vista en el Centro de Usos Múltiples de Culebra, el licenciado Luis González Ortiz, lo hicieron para oponerse airadamente, cuestionar, contradecir o desmentir datos de la Declaración de Impacto Ambiental Preliminar (DIAP) del proyecto. Algunos incluso solicitaron que se anulara la vista por el poco tiempo para analizar 500 páginas del documento ambiental comisionado por el desarrollador para mostrar la viabilidad de construir hasta cinco turbinas de viento en 35 cuerdas de su finca privada, que colinda con Playa Flamenco, Bosque Resaca y el Refugio federal de Vida Silvestre de Culebra. Incluso, Ana Román, subadministradora del Complejo federal de Refugios Nacionales de Vida Silvestre del Caribe y administradora del Refugio de Culebra, indicó que no le había sido provisto el documento ambiental. El primero en levantar un cuestionamiento fue el propio juez González Ortiz, cuando señaló que el documento ambiental no mencionaba a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) ni su posición sobre el proyecto, a pesar de que esta corporación pública sería quien compraría la energía generada por las turbinas de viento. La representante de la AAE, Erika Rivera Felicié, quien leyó la ponencia de Díaz Galarza, no pudo explicar la ausencia de estos datos y de otros como la cantidad de consumidores de energía eléctria que viven en Culebra. Ante los reclamos, al final de la vista la JCA extendió el periodo para hacer comentarios públicos sobre el proyecto hasta el 3 de diciembre. Luego, el proceso seguirá por varias semanas en las que se rendirá un informe a la JCA y esta a su vez remitirá el suyo a la agencia proponente, AAE, y al desarrollador. El proceso incluye que estos reaccionen, enmienden la Declaración de Impacto Ambiental si es necesario, luego una evaluación de un comité interagencial y de la Oficina de Gerencia de Permisos (antes ARPE). Las turbinas propuestas por Punta Flamenco Windfarm generarían hasta nueve megavatios de energía, equivalente al consumo de 1,950 familias. En Culebra hay menos de 1,300 clientes de la Autoridad de Energía Eléctrica, según el propio González Barahona. LA AEE no fue consultada Ayer, la portavoz de la AEE, Edith Seda, indicó vía telefónica que esa corporación pública “no tiene ningún contrato ni endoso relacionado con el citado proyecto de Culebra”. Aseguró que hasta el momento tampoco se les ha consultado. Ayer no hubo representantes de la AEE en la vista. Varios abogados que representaron a empresarios con fincas en la zona, así como científicos y una planificadora, señalaron incumplimientos con leyes y reglamentos, contradicciones y ausencia de datos en los estudios de la DIAP. Los licenciados Rosa Corrada Colón y Jorge García Díaz, representantes de Aquasur Corporation, proveyeron evidencia de que Punta Flamenco Windfarm, Inc., identificada como una corporación de Delaware, supuestamente no aparece inscrita en el registro de corporaciones de dicho estado, y tampoco lo estaba en Puerto Rico cuando se presentó el proyecto a la AAE. “La misma fue incorporada en línea en el Departamento de Estado de Puerto Rico a las 5:26 p.m. del 13 de noviembre de 2012 (el pasado martes) y aparece como una corporación doméstica y, por tanto, distinta a la alegada entidad de Delaware”, indicaron en su ponencia. Además, advirtieron que aunque la DIAP se sometió al amparo de la orden ejecutiva de emergencia energética firmada por el gobernador saliente, Luis Fortuño, incluye desarrollos que no se relacionan con generación de energía como la construcción de cuatro casas, torres de observación y un jardín botánico, entre otros elementos. Tanto ellos como el licenciado Pedro Reyes Bibiloni y el abogado y también biólogo Luis E. Migenis López destacaron la ausencia de estudios completos de hidrología, de suelo, de flora, fauna, especies sensitivas o en peligro, arqueológicos y del nivel de erosión y sedimentación debido al movimiento de terreno, algo que ya han evidenciado con fotos residentes de Culebra como la vigilante del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) Cindymar Villanueva. Esta aseguró que fue demandada por el desarrollador debido a sus denuncias. “Esto es una propuesta que no resiste ni amerita ser considerada o evaluada por sus méritos, ya sea desde un punto de vista económico, científico ambiental o social, y su análisis seguramente resulte ser un ejercicio bufonesco y futil”, señaló Ruperto Chaparro, director del programa de conservación marina Ses Grant, en una ponencia escrita que leyó la planificadora Carmen Guerrero, quien tampoco apoyó la propuesta. “Proponer que se perturbe el paisaje de una atracción natural trascendental como la Playa Flamenco de Culebra, que en múltiples ocasiones ha sido denominada como una de las 10 playas más hermosas del mundo, solo puede compararse con una propuesta que pretenda pintarle un bigote a la Mona Lisa”, planteó Chaparro. Ataque a una comunidad Para los residentes de Culebra, una isla asediada en el pasado por prácticas que realizaba allí la Marina de Estados Unidos y que eran monitoreadas precisamente desde el enclave del polémico proyecto, el problema no es querer generar energía con fuentes renovables. El problema es el lugar que se ha seleccionado para ello y la manera como se ha querido desarrollar, a espaldas de la comunidad y de las agencias. Varios culebrenses entrevistados describieron como un patrimonio de la humanidad no solo la Playa Flamenco y su zona de arrecife de coral, también el Bosque de Piedra que existe en los terrenos que González Barahona fue comprando a familias de la isla municipio, así como especies de plantas y animales endémicos y en peligro de extinción. Dijeron lamentar profundamente que desde hace seis años, cuando el desarrollador cerró los accesos a la zona, los niños de Culebra no han podido descubrir las maravillas que allí encierra su isla. Mientras, González Barahona aseguró que su proyecto es seguro para el ambiente, que ha restaurado un lugar de gran valor natural e histórico (usado en los 70 por el Gobierno de Estados Unidos para desarrollar energía eólica), que aclararán las dudas y que quienes deseen visitar la finca pueden solicitárselo para hacerlo coordinadamente. Recurso: http://www.elnuevodia.com/rotundorechazoalparqueeolicoenculebra-1388384.html#.UKjg8wfyQEY.facebook Recurso: Culebra Online
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