Los que se preguntan como se desplaza el tiburón, deben saber que lo hacen continuamente, con movimientos ondulantes. No deben olvidar que, al igual que todos los peces cartilaginosos, los escualos carecen de vejiga natatoria. Pero veamos más…
Como se desplaza el tiburón: La leyenda
Para comprender como se desplaza el tiburón, debemos comenzar por conocer una antigua leyenda polinesia, que cuenta que los dioses condenaron a los tiburones, por su pésima conducta, a nadar perpetuamente sin nunca detenerse, privándolos de esta forma de cualquier descanso.
No obstante el la razón verdadera del constante desplazamiento de los tiburones es que, contrario al resto de los peces, éstos no cuentan con una vejiga natatoria llena de gas, la cual les permita flotar inmóviles en el mar.
Si para, se ahoga
Y es que si un escualo detiene su movimiento, simplemente se va al fondo y muere ahogado, pues dejaría de circular el agua por sus branquias, lo que ocasionaría que éstas no puedan tomar del agua el oxígeno que requieren para vivir.
Pero la evolución de los tiburones ha brindado una respuesta a su negativa flotabilidad, dotándolos de un hígado rico en aceite, que es menos denso que el agua, y que además alcanza un tamaño extraordinario, llegando a alcanzar hasta el 20% del peso corporal del escualo.
El resto lo hace una combinación de su esqueleto cartilaginoso -que es mucho más liviano que el esqueleto óseo de los peces- y tejidos corporales muy poco densos.
Estos factores, sumados a la forma totalmente hidrodinámica de su cuerpo y a la aplicación del principio de Arquímedes, favorecen a que los escualos naden con un mínimo esfuerzo. Pero aun con esto, si frenaran su desplazamiento, se irían hacia el fondo.
De esta manera los escualos no pueden dormir, o al menos en el concepto que las personas tenemos sobre el sueño. Pero se estima que los tiburones logran algún descanso, aunque sea muscular, planeando en caída libre hasta el fondo marino.
Para lograr este milagro, los escualos llegan a la superficie y se dejan caer inmóviles en picada hacia el fondo, mientras las aletas pectorales funcionan como alerones permitiéndole planear lentamente en espiral. Así el animal permanece aletargado algunos minutos.
Entre tanto, el cerebro del tiburón continúa activo y el agua sigue circulando por las branquias proveyéndole del vital oxígeno.
Curiosamente en la década del 70 toda esta teoría estuvo al borde de caer por tierra, cuando un buceador mexicano descubrió que en las inmediaciones de la Isla Mujeres había escualos que -totalmente detenidos- parecían reposar en las cuevas de las profundidades.
Los “tiburones durmientes” de México, como se les ha llamado, son hoy día motivo de estudio y de diversas teorías. No obstante este es otro secreto que el mar nos tiene guardado.
El tiburón más veloz
Ciertamente todos los tiburones deben desplazarse continuamente para no ahogarse, aunque hay uno que lo sabe hacer extremadamente bien.
El mako o marrajo (Isurus oxyrinchus), es un tiburón muy activo, de fuerza sorprendente y velocidad única, que además suele combinar con complejas aptitudes de caza de peces.
Según estudios recientes, el mako puede alcanzar velocidades pico superiores a 124 km/h, lo que le otorga el título del animal más veloz del océano, superando al pez vela con sus nada despreciables 110 km/h.