Que Comen Los Aluxes?

Que Comen Los Aluxes
LOS ALUXES – UN BUEN NUMERO de culturas del mundo tienen sus propios protectores de la naturaleza. Estos seres poseen nombres y funciones específicas. En México, en las áreas en que las culturas originarias han creado una relación de reciprocidad con la naturaleza, hay seres que resguardan el orden en bosques, selvas y desiertos.

¿Que se le ofrenda a los aluxes?

Artículos Máatan k’ol : la flexibilidad en el ritual 1 Máatan k’ol : the flexibility of ritual Patricia María Balam Gómez*, Ileana Beatriz Ruiz Alonso* e Iván de Jesús Solís Sosa* * Centro INAH-Yucatán. [email protected], [email protected], [email protected] e [email protected] Recepción: 23 de enero de 2008.

Aceptación: 9 de mayo de 2008. Resumen En el presente trabajo se describe y analiza el máatan k’ol, un ritual agrícola y colectivo realizado en el municipio de Santa Elena, al sur de Yucatán. Se destacarán la presencia de una mujer como especialista ritual, los objetivos del mismo y la ofrenda como elementos clave para entender los cambios y transformaciones en este tipo de rituales; sin perder de vista que en la cosmovisión maya, el monte, la milpa y el rancho son espacios masculinos.

Palabras claves: Máatan k’ol, ritual agrícola y colectivo, Municipio de Santa Elena, Yucatán, cosmovisión maya, especialista ritual. Abstract In the present work is described and analyzed the máatan k’ol, an agricultural and collective ritual realized in the municipality of Santa Elena, in the south of Yucatán.

The presence of a woman as the ritual specialist, the objectives of the ritual and the sacrifice are emphasized as key elements in order to understand the changes and transformations in this type of rituals; without loosing the idea that in the Maya cosmos view, the forest, the milpa and the ranch are masculine spaces.

Keywords: Máatan k’ol, agricultural and collective ritual, municipality of Santa Elena, Yucatán, Maya cosmos. Introducción El objetivo de este trabajo es presentar una aproximación a la flexibilidad como cualidad presente en el ritual del Máatan k’ol, ritual agropecuario y colectivo-familiar observado en el rancho San Lorenzo, a 25 km del municipio de Muna, Yucatán, y cercano a la zona arqueológica de Uxmal.2 Muna cuenta con una población total de 11 449 habitantes, de los cuales 50% son mayahablantes.

Económicamente hablando, la población se distribuye en diferentes actividades relacionadas con los sectores productivos de la siguiente manera: 15% corresponde al sector primario, 7.5% al sector secundario y 12% al sector terciario.3 Un porcentaje no estimado de la población migra cotidianamente a la ciudad de Mérida, se emplea en trabajos de construcción y venta de productos agrícolas; otra parte de la población migrante se dirige a la zona del Caribe y en mayor proporción hacia distintas ciudades de los Estados Unidos de Norteamérica.

El ritual que nos ocupa es conocido en Muna como Máatan 4 K’ol 5, en español “regalar y recibir en regalo” K’ol (caldo espeso hecho de masa de maíz); ceremonia maya realizada para agradecer por las cosechas recibidas durante el año o porque los productos fueron vendidos satisfactoriamente, principalmente maíz, cítricos, miel, ganado y sandía; según la creencia, efectuar este ritual trae como consecuencia una mayor prosperidad a la familia que ofrece el Máatan k’ol,

Esta ceremonia es conocida también como “primicia” porque los primeros frutos son ofrendados a las respectivas deidades. Los encargados de “ofrecer” o “entregar” los productos generalmente son un J -meen (sacerdote maya) o alguna persona que conoce la naturaleza del “trabajo”. Como ofrendas principales, éstos elaboran saka’, 6 k’ol y yaach, 7 e imploran los favores de los dioses mediante las plegarias y comportamientos de respeto.

Por otra parte, la organización y el patrocinio del ritual recae en grupos familiares o en sociedades agrícolas; en el primer caso, el gasto proviene del jefe de familia; en el segundo, los organizadores acostumbran cooperar igualitariamente con la entrega de aves, manteca, maíz, dinero y otros insumos.

Cualquiera que sea la situación, la norma común es dar algo, ya sea fuerza de trabajo o colaboración en especie; en este caso, se organizó por un grupo familiar y por regla general de intercambio, cuando se entrega un ave viva, la mitad es devuelta después de haber sido cocinada y ofrendada. La flexibilidad en el ritual En contraposición a la concepción que califica a los rituales como prácticas reiterativas, propias de “una conducta formal prescrita en ocasiones no dominadas por la rutina tecnológica, y relacionada con la creencia en seres o fuerzas místicas.” (Turner, 1999: 21), en este primer acercamiento nos proponemos estudiar la flexibilidad como un aspecto siempre presente en el ritual, entendiendo como tal la “posibilidad de orientar las normas en función de las expectativas o demandas de los participantes” (Galinier, 2005).

En dicha concepción, priva la idea de que los rituales son la respuesta a las circunstancias que inciden en la vida cotidiana, enfermedades, pobreza, crisis individuales, la situación política, etcétera. En este sentido, el ritual se construye y reconstruye con base en dos tipos de normas: a) normas de organización, aquellas que identifican y dan forma a un ritual; y b) normas de orientación, aquellas que pueden ser modificadas para la consecución de un fin.

Dicho lo anterior, se anticipa que la flexibilidad se verá expresada con mayor proporción en los detalles y no en la estructura general del ritual. En lo que al Máatan K’ol respecta, la flexibilidad se observa en cuatro aspectos: a) en las características de la especialista ritual, b) en el modo de hacer el sacrificio, c) bendición de la casa y d) en el patrocinio del ritual y en las normas que rigen el sistema de intercambio.

El máatan k’ol Año con año, en mayo, cuando los campesinos están en la espera de la nueva siembra, don Gilberto Nah 8 Paredes, su familia y algunos invitados residentes en Muna, se dan a la tarea de cumplir con el compromiso de llevar a cabo el máatan k’ol,

Desde hace más de 25 años, la familia Nah acostumbra realizar la ceremonia en el rancho de su propiedad, 9 llamado “Rancho San Lorenzo” éste abarca un total de 300 hectáreas que se destinan a la milpa, pastoreo y apicultura. La familia Nah cuenta que todo empezó alrededor de 1980, un año favorable para el señor Lorenzo Nah (padre de don Gilberto), quien obtuvo buenas cosechas de miel y maíz, y logró incrementar el número de cabezas de ganado que poseía.

Ante tal prosperidad, don Lorenzo decidió dar las gracias a Dios ofreciendo los productos obtenidos y para ello contrató a un j-meen de Muna al que llamaban “Don Lol j-meen”. Pero en una ocasión un desacuerdo familiar hizo que la familia Nah desistiera de organizar la ceremonia y fue entonces que “un remolino de viento o ‘ mozón ‘ ” (monzón) derrumbó la casa del rancho.

  1. Para evitar experiencias como la anterior, don Gilberto se propuso retomar y cumplir el compromiso que su papá estableció, y año con año contrata a un especialista ritual con los conocimientos requeridos para este tipo de ceremonia.
  2. La ceremonia Los preparativos para la ceremonia dieron comienzo aproximadamente un mes antes; los dueños del rancho desgranaron las mazorcas de maíz para el k’ol, seleccionaron las gallinas, contrataron a la rezadora (shamana), invitaron a familiares, amigos y a las señoras que iban a fungir como cocineras.

Un día antes de la ceremonia se preparó el maíz que sirvió para el s aká y el k’ol, —generalmente el maíz utilizado es producto de las cosechas de las milpas del rancho. El día de la ceremonia, se reunieron los invitados y familiares en el domicilio del propietario, para trasladarse al rancho.

Las personas empezaron a llegar desde temprano, algunos de ellos traían una o dos gallinas, otras una pava o pavo. La hija del dueño elaboró minuciosamente una lista con los nombres de donadores y colaboradores para asegurarse que todos recibieran su porción de la ofrenda al final de la ceremonia. Se observó que la gran mayoría de los asistentes a la ceremonia eran parientes y amigos de la familia del propietario del rancho, en muy escaso número, vecinos.

El espacio ritual El lugar escogido para llevar a cabo el ritual fue un espacio amplio (aprox.50 x 50 m) donde confluyen el corral, parte del potrero y la casa principal del rancho. Del lado norte está el corral, al sur un monte perteneciente al mismo rancho, al oriente el potrero y al poniente la casa; este espacio se ubica en la “entrada” del rancho.

  1. La mayor parte de los participantes se concentraron a un costado del corral y del potrero, viéndose claramente una división por grupos de trabajo: torteadoras, cocineras, encargadas del altar, cortadores de leña, señores disolviendo la masa para el k’ol, etcétera.
  2. La mesa-altar donde se iban a pronunciar los rezos y oraciones se colocó al oriente; consistió en una mesa de madera con un mantel color anaranjado con motivos de frutas; sobre él, cuatro floreros de madera: dos de ellos con flores de plástico y otros dos con flores naturales, seis jícaras, dos veladoras, la imagen enmarcada de San Lorenzo y dos incensarios de barro.

Debajo de la mesa-altar se encontraban unos bacales (huesos de la mazorca), resultado del desgrane de las mazorcas que sirvieron para la elaboración de la masa para el saká, Al llegar al rancho, todos depositaron sus animales en la alambrada que delimita el potrero; la shamana, con ayuda de su esposo, se dio a la tarea de sacrificarlos, colgándolos de las patas y cortando con un cuchillo la garganta a las gallinas y a los pavos la lengua para su desangramiento.

  • En esta actividad participaron la shamana, su esposo y dos o tres señoras más.
  • Preparación de la comida Desde la llegada al rancho una de las prioridades fue la preparación de comidas.
  • Para ello se distribuyeron cuatro espacios donde las actividades se dividieron por grupos pequeños: 1.
  • Mesas para desplumar y cortar aves: las mujeres se dedicaron a desplumar y “beneficiar” a las aves; aunque no es común, los hombres adultos y ancianos también participaron con este grupo de trabajo.2.

Dos mesas para tortear: las mujeres ancianas elaboraron pimes, tortillas gruesas hechas a mano especialmente para el yáach’, Se organizaron en grupos de tres o más para hacer, cocer y despedazar los pimes,3. Mesas para preparar condimentos y verduras: espacio de hombres y mujeres, con participación de jóvenes; se turnaron para triturar en un molino de mano el achiote, la pimienta, el clavo y el chile.4.

  • Cuatro fogones: empleados para cocer gallinas, pavos y para elaboración de k’ol y yáach’,
  • Conforme las gallinas y pavos se cocieron se sacaron de los calderos para colocarlos sobre mesas de plástico, cerca del altar.
  • Las gallinas y pavos tomaron un tono rojizo debido a la pasta de achiote con que se cocieron.

La rezadora extrajo los hígados, corazones y patas de las aves cocidas para cortarlos y ponerlos en una cubeta. Estas vísceras fueron agregadas al yáach, Para el k’ol los señores vertieron la masa diluida a los caldos hervidos; ellos se encargaron porque se necesita la fuerza para mover constantemente la mezcla con ayuda de unos palos.

  • Ofrenda de Saká A media mañana, la rezadora agregó seis jícaras a la mesa-altar: dos al norte, dos al sur y dos al oriente; después encendió cuatro cigarros: dos colocados al poniente, uno al norte y otro al sur.
  • Otros elementos para la ofrenda fueron dos veladoras, agua bendita, dos incensarios, ramas de sipché (Bunchosia swartziana Griseb), una botella de ron e incienso.

Debajo de la mesa colocó dos cubetas llenas con saká desleído y el agua sobrante de dicha elaboración. En el transcurso de la ofrenda de saká, se fueron agregando más elementos del ritual como saká en masa, hojas de epazote y un atado de bacales de donde se obtuvo maíz.

La rezadora tomó uno por uno los cuatro cigarros, los encendió directamente del brasero, aspiró un par de bocanadas y colocó sobre la superficie de la mesa dos cigarros formando ángulos al nororiente y suroriente. Los cigarros —además del saká y la comida— se pusieron como ofrenda a los aluxes, la rezadora explicó que “desde la antigüedad” se le ofrece a estos seres en rituales como el observado: “cigarros, porque dicen, que antiguamente a los duendes se les da su cigarro, que su licor, que su comida, su bebida —es eso el saka y el k’ol, que es así está dando su comida” (Marcelina Narváez, Muna, Yuc., 13 de mayo de 2006).

Luego puso pequeñas ramas de sipché en los cuatro pies de la mesa, separó un racimo para remojar en agua bendita y asperjar cada ofrenda. Cuando todo estuvo dispuesto sobre la mesa, la rezadora pronunció las oraciones para la ofrenda de saka’, Después de las reverencias, sostuvo cuatro pequeñas jícaras vacías para luego levantarlas una por una; primero las dos del norte, luego la dos del sur; enseguida hizo la señal de la Cruz a cada jícara, después de asentarlas nuevamente a la mesa.

Enunció algunas palabras en maya, una oración a San Martín Caballero y asperjó el altar con agua bendita y hojas de s ipché, Acto seguido tomó la botella de ron y derramó cierta cantidad para combinar con el s aká, lo mezcló y bebió una cantidad pequeña. Después, llamó a don Gilberto quien se aproximó al altar, recibió la jícara de manos de la rezadora, bebió y convidó a su esposa.

Don Gilberto a su vez también convidó a otros señores que se encontraban en el área de desplumado de aves. Después de beber éstos, comenzaron a beber las demás señoras trabajadoras. En términos del nombre del ritual, observamos un primer episodio de máatan, pues si nos apegamos al término en maya, corresponde a “regalar”.

Mientras tanto, la comida continuó preparándose en los espacios asignados para eso. Oraciones al interior de la casa del rancho Después de compartir la ofrenda de saká, la rezadora y una de las hijas de don Gilberto se dirigieron a la casa (lado poniente del rancho). Estas oraciones se realizaron únicamente en mayo de 2006 y fue a petición de la hija de don Gilberto, porque ella sintió “mal viento” en la casa, por eso la rezadora intervino con sus oraciones para evitar enfermedades o miseria.

Se inició el trabajo dentro de la casa, partiendo del sur, mientras la acompañante sahumó la pared, la especialista comenzó una oración a San Martín Caballero. Luego la rezadora pronunció el Credo, una Oración y al finalizarla, pidió a la acompañante la repitiera.

  • La rezadora continuó con unas palabras en maya y se santiguó.
  • Observamos nuevamente la petición del “favor” para alejar la miseria, la sal y atraer el trabajo, salud, felicidad y sustento.
  • Ofrenda de comida Cocidos los alimentos, la rezadora anunció que en ese momento daría inicio la ofrenda de comida.

Todos se acercaron al toldo que cubrió del sol al espacio donde se encontraba el altar. Algunas señoras colocaron sillas y las dispusieron de manera que quedaron frente a las mesas sobre las cuales yacían las 27 aves, los tres peroles con k’ol, uno de yáach y una olla con chile preparado.

  • Al pie de la mesa-altar también colocaron los residuos de masa de k’ol.
  • Nada de las sobras se tiró, todo forma parte de la presentación en la mesa-altar.
  • La rezadora quemó incienso e indicó que cada persona presente sostuviera una vela encendida; inició la “entrega” con un rezo en lengua maya que incluía palabras de agradecimiento “por compartir con la familia”.

Prosiguió enunciando plegarias en español que incluyeron oraciones comúnmente empleadas en los rosarios y novenas que los católicos acostumbran. La primera plegaria fue dirigida a Dios y a la virgen María y a la Virgen de Fátima. Luego pronunció la segunda plegaria dirigida a san Martín Caballero, la tercera plegaria dirigida a santa Margarita y la Virgen María.

  • Durante la pronunciación de las plegarias, había momentos en los que la rezadora permaneció de pie con la cabeza inclinada, en una actitud reverencial.
  • En esta posición pronunciaba las oraciones y cánticos en las que era necesaria la partición de los presentes.
  • La rezadora culminó dando las gracias a los presentes.

Para recibir sus respectivas raciones, la gente hizo una fila donde se les entregó su comida. A cada persona se le dio una porción de carne, k’ol y yáach’. En el extremo opuesto de la rezadora, se encontraban don Gilberto y su esposa, sosteniendo velas encendidas.

Sobre la participación de los dueños del rancho, llama la atención la manera en la que los participantes interpretaron la forma tomada por la parafina derramada de las velas que sostenía la esposa de don Gilberto. Sobre la tierra se habían formado dos figuras que semejaban dos letras C y N, ante el asombro de la concurrencia la rezadora intervino aclarando que podría significar “Cristo con nosotros” o “Cristo Nuestro” e interpretó este hecho como la manifestación de la presencia de Dios.

Análisis del ritual a) Las características de la especialista ritual Desde hace 20 años, aproximadamente, no existen J-meeno’ob en Muna, sino personas que saben hacer el trabajo de un J-meen. El último J-meen reconocido emigró a la ciudad de Mérida y las ceremonias realizadas después de este suceso fueron oficiadas por especialistas de poblaciones circunvecinas como Santa Elena, Ticul, Opichén, Pustunich y Bolonchén.

  1. En Muna cada vez es más difícil encontrar especialistas o personas que oficien rituales.
  2. Las razones de esta escasez son diversas y pueden estar relacionadas con fallecimientos, enfermedades o desuso del oficio.
  3. La ausencia o carencia de J-meeno’ob se relaciona con otro fenómeno poco frecuente en Yucatán, la aparición de mujeres que se convierten en especialistas de rituales agrícolas.
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Este hecho es particularmente relevante, sobre todo cuando investigadores como Alfredo Barrera Vázquez (1973) Santiago Domínguez Aké (1996) e Hilaria Máas Collí (1991) y otros, interesados en cuestiones de rituales agrícolas, afirman que las ceremonias vinculadas con el monte y el trabajo agrícola son tareas del hombre, como consecuencia la participación de la mujer es limitada y en ocasiones considerada como contaminante de la acción ritual.

No obstante, los habitantes de Muna aprueban el conocimiento de personas como la rezadora, una mujer que se considera una especialista diferente a los J-meeno’ob, llamándose a sí misma “religiosa”, “shamana” 10 o “rezadora”. Esta necesidad de identificarse como algo distinto a los J-meeno’ob es, en parte, resultado de los conflictos entre su práctica como “shamana” y la formación católica que por años ha recibido.

Tal conflicto se hace más evidente cuando la gente la señala como “bruja”, al grado que consideró necesario obtener el consejo y permiso del sacerdote de Muna para continuar entregando ofrendas a deidades o seres sobrenaturales no propios del catolicismo oficial.

Lo anterior marca la pauta en el desarrollo de los rituales oficiados por la rezadora, particularmente en las oraciones que emplea para ofrendar la comida y en su exégesis acerca del sacrificio por desangramiento. Pese a la constante contradicción en la que se ve envuelta, la rezadora legitima su prestigio y práctica shamánica a través de ciertos acontecimientos que ella misma califica como inexplicables.

Ejemplo de ello son las experiencias oníricas 11 y premoniciones que se presentan días antes de que oficie una ceremonia: “Empecé a pensar, creo que de tanto pensar y pensar cómo lo voy a hacer, y si no está salado, y si me sale mal, y si esto y si lo otro.

Y tuve un sueño, entonces soñé que estoy trabajando así como si yo fuera una experta, estoy haciendo ese trabajo Y así cada noche soñaba, soñado lo hacía, soñaba cómo voy a hacer”. (Marcelina Narváez; Muna, Yuc.17 de abril 2007). Mediante los sueños, la rezadora recibe de Dios las instrucciones necesarias para efectuar las ceremonias que oficia, por lo tanto se considera que los sueños son el canal que la divinidad emplea para transmitirle conocimientos útiles en la elaboración de la ofrenda.

Ocasionalmente, la rezadora interpreta sus sueños como presagios que anuncian la proximidad de un “trabajo”, es decir, la realización de una ceremonia. Otra forma de legitimación empleada por la rezadora es la eficacia de sus ceremonias; sobre todo aquellas en las que “logra” pacificar a los “malos aires” que aquejan lugares como pozos y aguadas.

Precisamente, después de la curación de un pozo con “mal viento” fue que obtuvo mayor prestigio. La presencia del “viento” como agente agresor, tiene aquí una connotación específica, apunta a aquellos seres o espíritus que habitan y protegen espacios cargados de energía y fuerza (la milpa, el monte, las cuevas, los cenotes, etc.) Estos entes, que en ocasiones reciben el nombre de “dueños”, fueron descritos como remolinos, aluxes o culebras 12 y se les atribuye la capacidad de incidir positiva o negativamente en la vida del ser humano.

El carácter ambivalente de los vientos puede ser negociado a través de rituales que sirven como causes para el diálogo entre el hombre y los vientos (Barrera Vázquez, 1973). Es decir, mediante ceremonias como el máatan k’ol, en las que se ofrecen y agradecen los primeros frutos de la cosecha, los hombres pueden procurar la benevolencia de los vientos y de esta forma asegurar la cosecha del próximo año.

En caso contrario, el “mal viento” castiga o causa enfermedades a quien irrumpe en el “monte” sin pedir permiso o, como en el caso que aquí se presenta, falte a su compromiso de entregar ofrenda: “Fue como un aviso porque ya habíamos pasado las fechas en que acostumbramos hacer, entonces pasó un remolino, un tornado, que arrancó las láminas, las torció y hay hasta que no busqué.

Y entonces, yo y mi esposa decimos ‘creo es que fallamos’, debido a eso pasó”. (Gilberto Nah Paredes; Muna, Yuc.17 de abril de 2007). Las experiencias oníricas y la capacidad de dialogar con los “vientos” o “dueños”, son similitudes que la rezadora comparte con los jmeno’ob, “los guardianes del orden cósmico” y como tales oficiantes de distintas ceremonias propiciatorias y terapéuticas que involucran a deidades ancestrales (Quintal y otros, 2003: 285-287).

b) Sacrificio y ofrendas Llevar gallinas a las ceremonias agrícolas es costumbre en la mayoría de las comunidades del sur de Yucatán; la gente que asiste al evento lo hace a manera de colaboración, cuyo trasfondo es el intercambio con las deidades; estas aves son sacrificadas y posteriormente ofrendadas.

No es “obligación” de los asistentes e invitados llevar un ave, porque el dueño del rancho solventa todos los gastos que conlleva la ceremonia, así la repartición (máatan) de la comida está garantizada para todos. En el caso que hemos documentado, los preparativos para la ceremonia iniciaron aproximadamente un mes antes, el propietario contrató a la rezadora (shamana), invitó a familiares, amigos y a las señoras que iban a fungir como cocineras.

También el trabajo se ofrenda y es parte del intercambio: se da trabajo y se recibe comida y bendiciones. Para el sacrificio, las aves fueron puestas bajo la alambrada que delimita el potrero, momentos después la “shamana” pidió que las colgaran de las patas; en esta posición, les cortó la garganta a las gallinas y a los pavos la lengua, provocando el desangramiento.

La rezadora conoce y en ocasiones practica el procedimiento de sacrificio que los J-meeno’ob emplean en sus ceremonias, poniendo a las aves licor en el pico, al mismo tiempo que las estrangulan con las manos. Sin embargo, su exégesis está más apegada a la tradición que sobre sacrificio tiene el cristianismo, es decir, desangra a las aves: “porque Jesucristo murió de la misma manera, dio su sangre por nosotros, por nuestra salvación”.13 A través de esta técnica, ella se diferencia de los J-meeno’ob, quienes —según versiones de la gente— pueden pactarse con seres malignos y hacer daño a las personas, especialmente por encargo de otro individuo y, por consiguiente, son temidos por algunas personas.

  • Sin embargo, los jmeno’ob, también tienen cierto prestigio, precisamente por esa capacidad de trabajar con seres del monte como los vientos y los guardianes.
  • No está de más agregar la rivalidad entre los mismos jmeno’ob, cuyas pugnas pueden derivar en la muerte de algún jmeen por otro “más poderoso”.

Esta vertiente “peligrosa” de la práctica “shamánica”, es un valor implícito en muchos rituales territoriales mayas, por la intervención de los seres del monte antes mencionados. En otras culturas, por ejemplo entre los mazahuas, según palabras de Galinier, esto corresponde al “discurso ‘nocturno’ (.) los temas más profundamente reprimidos que hablan de la angustia, el deseo, la violencia y de la muerte, en pocas palabras, el ‘discurso del diablo’ ” (Galinier, 1990:253).

No obstante, la práctica ritual proporciona la opción de elegir tanto las plegarias, las ofrendas o el modo de sacrificio que cada oficiante prefiera y mientras el especialista mantenga las fases rituales en el orden acostumbrado, el resultado generalmente es el esperado. La manera de sacrificar degollando a las aves según la propuesta de Galinier, tiene que ver con aquellos puntos del cuerpo donde la energía se concentra más que en otras partes del mismo, el sacrificio: Se presenta como una especie de consagración el degollamiento de las aves tiene una lógica dentro de la cosmovisión indígena, si bien, el sacrificio traduce la naturaleza limitada de la energía, la fatalidad de su agotamiento revela el carácter discreto de la distribución de los centros de lo que es el sacrificio, pues la cabeza, los pies, el sexo son puntos donde la fuerza se concentra de manera privilegiada y son objeto de actos específicos de sacrificio (Galinier, 1990: 254-255).

Todo objeto de sacrificio sufre una metamorfosis: “si el sacrificio no significa verdaderamente la pérdida del objeto es porque sufre una metamorfosis que lo convierte en algo diferente de lo que era”. (Galinier, 1990: 254-255). En este sentido puede decirse que el propietario también forma parte del sacrificio para las deidades sobrenaturales; simbólicamente se “da” a Dios por medio del ritual y ante los demás aparece como persona generosa.

  1. Agradece y comparte lo que ha recibido (las cosechas, prosperidad económica) con los asistentes, familiares y amigos quienes también gozan de las bendiciones y beneficios de esos entes a quienes se ofrenda.
  2. Las ofrendas fueron dirigidas a Dios, a los aluxo’ob 14 y a los vientos, pues todos son seres sagrados y a cada uno se le “respeta”, aunque de manera jerárquica primero se le ofrenda a Dios, pues él creó todo, incluyendo los vientos.15 Las ofrendas combinaron de diferentes maneras y momentos: alimentos, bebidas, oraciones, incienso.

La disposición de ofrendas en el altar sugiere reglas flexibles en determinados aspectos: a) Sobre el altar, la rezadora reservó los elementos “buenos” para Dios únicamente; sin embargo, la disposición de cigarros, licor e incienso fueron explícitamente para otros destinatarios: los aluxo’ob.

  • Si atendemos al discurso de la oficiante, estos seres no deberían estar presentes entre los receptores de ofrendas.
  • B) Al poner los sobrantes de las ofrendas debajo de la mesa (como el agua de saka’), la rezadora consideró un uso posterior, de carácter terapéutico contra los “malos vientos” que aquejan a niños o “remolinos” que aparecen en algún espacio del rancho.

Sin embargo, esta idea no predomina en la cosmovisión de los participantes del ritual; obtuvimos otras exégesis respecto a la disposición de elementos debajo de la mesa, es decir, se colocaron dichos residuos asociados a su procedencia: la tierra. Quintal señala que “es también común que la ceremonia más sencilla de solicitud de licencia, o de petición de algún favor, o de agradecimiento, etcétera, implique el ofrecimiento de saká”.

  • De esta manera la ” ‘prenda mínima’ de intercambio entre la sociedad y la divinidad es el saká’ “.
  • La misma autora señala a la ofrenda de saká como el primero de los movimientos básicos de los rituales (Quintal y otros, 2003: 301).
  • Dentro de los aspectos estructurales del ritual, destacan las ofrendas acompañadas de súplicas en lengua maya y en voz baja, dirigidas a los “vientos”; distintas a las oraciones de tipo católico, dichas en español y en voz alta.

Además, en estas últimas, la especialista enfatizó el trabajo hecho por las personas para elaborar los dones, identificando a cada familia suplicante. Las variaciones en el volumen de las oraciones pueden interpretarse como una forma de jerarquización de las deidades que la especialista aplica según su formación católica.

  1. Al respecto, Alessandro Lupo (1995) señala entre los aspectos formales de las oraciones, la relación de respeto hacia los interlocutores extrahumanos traducida en el aumento o disminución de la voz al pronunciar las oraciones.
  2. En este caso, el campo de aplicación de las peticiones fue el rancho, que también forma parte de “la esfera extradoméstica que tienen por objeto los riesgos y las actividades que el hombre enfrenta fuera del espacio controlado y protector de la casa (y del pueblo), entre los cuales destacan por su importancia las ocupaciones de carácter agrícola” (Lupo, 1995: 91).

Al momento de pronunciar las oraciones, la rezadora se concretó a “llamar” a las entidades involucradas para su petición. Invocó a determinados Santos y Vírgenes, 16 para “sacar las sales, las malas suertes” del rancho. Los dioses tomaron “la gracia” de las ofrendas del k’ol y del saka’.

  1. En el ámbito de los humanos, sorbió primero la rezadora, porque la bebida pudo “cargar viento” 17 y hacer daño a quien no esté preparado para ahuyentarlos.
  2. Al finalizar esta entrega, el propietario del rancho tomó el saka’ y posteriormente repartió la bebida entre los asistentes.
  3. En términos del énfasis del ritual, observamos un primer episodio del máatan, pues si nos apegamos al término traducido al español, uno de sus significados corresponde a “regalar y recibir en regalo”.

c) Bendición de casa Una de las “reglas de orientación” con una particular flexibilidad en el ritual fue la bendición de la casa, pues no tiene un carácter periódico; se hizo en mayo de 2006 a partir del surgimiento de “malas vibras” (sic.), por eso la rezadora intervino con sus oraciones para alejar enfermedades o miseria, causadas por dichas “vibras”.

  1. Según Galinier, estas situaciones críticas tienen como respuesta un ritual; en este caso la familia aprovechó el Máatan K’ol para marcar dos campos de aplicación de las peticiones: el rancho por un lado y la casa por otro.
  2. Hemos considerado al rancho como un espacio extradoméstico; sin embargo, la casa representa un espacio doméstico “entendida en el sentido literal de la vivienda y en el sentido metonímico del grupo residencial que la ocupa” (Lupo, 1995: 91).

Reiteradamente el destinatario principal de las oraciones fue Dios, acompañado de las mencionadas vírgenes y los santos. d) Patrocinio y normas de intercambio La comida figura entre los aspectos más importantes en este tipo de rituales; su preparación estuvo regida por prevenciones y restricciones: la habilidad de la rezadora para calcular ingredientes y tiempos de cocción sin probar, subrayó el carácter de primicia para los seres sobrenaturales.

  1. Nada se prueba o desecha hasta que los dioses hayan recibido la “gracia”.
  2. La eficacia del ritual dependió de la coordinación del trabajo, pues si algo salía mal, podía arruinarse todo.
  3. Respecto a la participación de hombres y mujeres en la elaboración de comidas, destacó otra norma de intercambio de trabajo: se configuraron espacios con inversiones de roles rituales que en la cotidianidad no se practican, tal es el caso de los hombres desplumando aves o haciendo k’ol.

Una vez cocidos los alimentos, la oficiante entregó todo en nombre de cada una de las familias participantes en el ritual. Enunció plegarias en español que manifestaron explícitamente el intercambio de dones por trabajo, dinero, salud y felicidad para los dueños del rancho y participantes.

  • Estas oraciones destacaron el campo de aplicación de las bendiciones hacia los apiarios y animales del rancho.
  • La rezadora culminó dando las gracias a los presentes.
  • Podría decirse que en el Máatan K’ol existen requerimientos que pueden ser interpretados como normas o reglas de intercambio y de ellas hablaremos en lo siguiente: a) Normalmente, se espera que las personas que entregan un ave, reciban al final de la ceremonia, la mitad de ésta después de que haya sido sacrificada y ofrendada en el ritual.

La primera mitad se reparte y consume en el Máatan; la otra mitad es devuelta a la persona para que ésta la comparta con sus familiares. Se observa flexibilidad en la norma, derivada del deseo de los invitados por compartir una porción de la ofrenda con aquellas personas que no asistieron el día del ritual, por encontrarse trabajando o en otro pueblo.

  1. B) Esto no aplica a las personas que en lugar de un ave entregan maíz, manteca e incluso dinero; la diferencia radica en recibir únicamente porciones de k’ol y yaach.
  2. C) En ocasiones las personas que aportaron su trabajo piden a los organizadores la mitad de un ave ofrendada y prometen devolver un ave entera (y viva) para que se ofrende el siguiente año: “Eso se le dice en maya ‘kuch pol’.
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Kuch cargar, Pol, cabeza.Pero lo que ellos quieren, a veces una promesa que hacen así para acción de gracias: una pava, una gallina, dos gallinas ” (Graciela Martín, Muna, Yucatán, 17 de abril de 2007). De esta forma el dueño y los invitados entran en un circuito de intercambio en el que los organizadores reciben la “ayuda” por medio de la colaboración de insumos y en respuesta los invitados reciben una porción de la ofrenda o quedan “debiendo” un ave entera para el siguiente año.

  • Conclusiones Los dueños y vientos de los terrenos, ranchos, milpas y de los solares se “acostumbran” a las ofrendas, por mínima que ésta sea.
  • Los espacios “domesticados” por el ser humano, como corrales, gallineros y casas, ubicados dentro de esos terrenos también reciben la “bendición”, (como parte del terreno mayor habitado por el hombre).

Por tal motivo, la presencia de hombres, mujeres y niños, quienes están permanentemente habitando esos espacios, requiere un cuidado estricto de los llamados dueños y vientos, presentes cuando se deja de cumplir con las ofrendas. A partir de ese momento se hace necesario algún ritual para serenar esas fuerzas.

  • En Muna el Máatan K’ol es el ritual agrícola por excelencia, el carácter flexible del mismo viene dado en sus detalles y no en su estructura general; en este sentido, las características de la especialista en términos de su adscripción católica y el desempeño de su trabajo le dan ese carácter.
  • Si bien no hay un “formato” uniforme, existen elementos estructurales como la presencia del especialista ritual, los oferentes, el intercambio entre humanos y seres naturales y especialmente el máat’an o repartición, sin los cuales el ritual no sería considerado como tal.

La flexibilidad permite que las normas que rigen el ritual se adecuen a las características particulares del oferente y oficiante o especialista ritual. Con o sin especialista ritual, el intercambio de plegarias, comida, reverencias y especialmente el cumplimiento del compromiso, es fundamental en este tipo de rituales, de lo contrario puede perderse mucho más de lo que se ofrece. Bibliografía Barrera Vázquez, Alfredo, 1973 “Costumbres y religiosidad del pueblo maya”, Revista de la Universidad autónoma de Yucatán, XVI, (86): 22-40. marzo-abril, Mérida, Yucatán. -, Alfredo Barrera Marín y Rosa María López Franco, 1976 Nomenclatura Etnobotánica Maya,

Centro Regional del Sureste, Colección Científica Número 36, INAH/SEP, 1976. -, Juan Ramón Bastarrachea Manzano, y William Brito Sansores, 1980 Diccionario maya Cordemex, Mérida, Yucatán: Ediciones Cordemex, 1980. Domínguez Aké, Santiago, 1996 La milpa en Muxupip, México: Culturas Populares. Galinier, Jacques, 1995 “El depredador celeste.

Notas acerca del sacrificio entre los mazahuas”, Anales de antropología 27, pp.167-251. México: UNAM. Galinier, Jacques, 2005 “Campo del ritual, campo del sacrificio”. Seminario permanente de Etnografía Mexicana. Proyecto Etnografía de las Regiones Indígenas de México.

Coordinación Nacional de Antropología. Del 4 al 30 de octubre INAH, México, D.F. INEGI, Tabulados Básicos del XII Censo General de Población y Vivienda,2001. Lupo, Alessandro, 1995 La tierra nos escucha. La cosmología de los nahuas a través de las súplicas rituales, México: Conaculta/INI. Maás Collí, Hilaria, 1991 La importancia de las ceremonias y prácticas religiosas en una comunidad rural, Sotuta, Yucatán,

Mérida, Yucatán: Universidad Autónoma de Yucatán. Centro de Investigaciones Regionales “Dr. Hideyo Noguchi” Unidad de Ciencias Sociales. Turner, Víctor, 1999 La selva de los símbolos. Aspectos del ritual ndembu, México: Siglo XXI, 1999. Fuentes Orales Entrevista a Sra.

  1. Marcelina Narváez, Muna, Yucatán, 13 de mayo de 2006.
  2. Entrevista a Sra.
  3. Marcelina Narváez, Muna, Yucatán, 17 de abril de 2007.
  4. Entrevista a Sra.
  5. Graciela Martín y Gilberto Nah Paredes, Muna, Yucatán, 17 de abril de 2007.
  6. Entrevista al Sr.
  7. Fernando Fuentes, Muna, Yucatán 18 de abril de 2007.
  8. Fotografías Patricia Ma.

Balam Gómez Ileana Ruiz Iván de Jesús Solís Sosa Notas 1 Esta investigación ha sido posible gracias al cúmulo de información etnográfica generada por el equipo de investigadores de la Sección de Antropología Social del Centro INAH-Yucatán en el marco del Proyecto Etnografía de las Regiones Indígenas de México en el Nuevo Milenio.2 La información que se presenta proviene de cuatro fuentes principales: a) de la observación directa del ritual realizada los días 13 de mayo del 2006 y 5 de mayo de 2007, b) de entrevistas hechas a los organizadores y participantes del ritual en abril de 2007, c) de informes de campo escritos por Lourdes Rejón, Jorge Guzmán y Ma.

Jesús Cen, investigadores que también observaron el ritual, d) de fotografías y videograbaciones. Todos estos datos fueron enriquecidos con comentarios y aportaciones sugeridas por: Ella F. Quintal, Martha Medina y Fidencio Briceño.3 INEGI. Tabulados Básicos del XII Censo General de Población y Vivienda, 2001.4 Matan 1.

“lo así recibido de gracia o de limosna o lo impetrado o alcanzado de gracia, privilegio; 5: limosna que se recibe 2; privilegio, don que se recibe 3: don y gracia y merced recibir; 7: limosna, regalo 2. MAAT 9: préstamo, dádiva, regalo alcanzar, recibir de favor o limosna 10: limosna ” (Barrera et al.; 1980: 411 y 505-506).

‘ol 2,5: “(Tipo de guiso con caldo denso, que se hace con masa de maíz, de trigo o cualquier otro material) (.) 13 nem: amasijo espeso, hecho de masa de maíz y en algunos casos de harina de trigo, que se emplea cocido y condimentado como parte (o salsa) de ciertos platillos confeccionados con carne, principalmente de aves.

(Barrera et al,, 1980: 411 y 505-506).5 Las cosechas pueden ser de maíz, cítricos, miel y la producción de ganado.6 ” Saka’, sakah o s ak-ha’ : bebida hecha con masa de maíz molido y agua únicamente. Bebida muy semejante al pozol con la diferencia de que el maíz se cocina sin llegar a suavizarse así, la bebida es arenosa y se conserva por más tiempo” (Barrera et al,, 1980: 709).7 Fidencio Briceño.

  1. También puede entenderse como ” Yach’ wah : migas de pan cocido.
  2. Amasar con la mano, estrujar los dedos, mezclar, restregar, incorporar” (Barrera et al., 1980: 961).8 Debido a que una de las dos hijas de don Gilberto reside en Cancún y sus dos hijos varones viven en Estados Unidos de Norteamérica, la responsabilidad de la organización del Máatan k’ol recae en él y en su esposa.

No obstante, sus hijos colaboran en la realización del ritual, sobre todo su hija quien en esta ocasión viajó para estar presente en la ceremonia.9 Originalmente el rancho fue adquirido en 1973 por el señor Lorenzo Nah, padre de don Gilberto, como parte de un programa federal de fomento a la ganadería.

Posteriormente don Gilberto amplió la extensión del rancho comprando las tierras aledañas (Solís, Reporte de campo, s/f).10 Sobre este punto, es preciso mencionar que la rezadora empezó a reconocerse “shamana” por recomendación de dos jóvenes estudiantes provenientes del centro de la República Mexicana.11 Los J-meenoób son “los guardianes del orden cósmico” y como tales oficiantes de distintas ceremonias propiciatorias y terapéuticas que involucran a deidades ancestrales.

En las narraciones que dan cuenta de la manera en la que cada J-meen se inicia como sacerdote, es común escuchar que reciben su “don” y su “instrucción” a través de sueños (Quintal et al,, 2003: 287-288).12 Un ejemplo de la forma en la que los “dueños” ejercen su poder, nos lo proporciona Santiago Domínguez Aké: “Cuando el milpero entierra el saka’ juntamente con nueve pedazos de x-táabka ‘anil en las pocetas donde siembra la sandía, cualquier persona que entre a su milpa con la intención de robarla al acercarse al pachpak’al verá que se dirige hacia él una serpiente con la lengua en constante movimiento Ninguna de las serpientes muerde al ‘ladrón’ cuando pasa corriendo junto a ellas, porque realmente no son serpientes, son los ‘señores viento’ que se transforman en serpientes ” (Domínguez, 1996: 194-195).13 Rezadora Marcelina Narváez, Muna, Yucatán, 13 de mayo de 2006.14 Alux o arux : enano legendario (mitológico) (Barrera Vázquez, Diccionario maya Cordemex, 1980: 15).15 “Yo cuando ofrezco el saka’ invoco a los cuatro vientos para que, que Dios cómo te diré Dios creó todo Dios los creó hay malos, hay buenos, porque también existe el mal y yo lo que hago entonces pedirle a Dios que aleje los malos vientos en ese lugar donde yo trabajo y que venga el bien, que Dios creó los vientos también, es lo que nos da vida también porque es lo bueno, pues si también existe el malo, que nos hace daño, que se aleje” (Marcelina Narváez, Muna, Yucatán, 13 de mayo de 2006).16 Hemos mencionado a San Lorenzo, San Martín Caballero, Virgen María, Virgen de Fátima y Santa Margarita.17 ” tiene que ser, primero lo pruebo, porque tienen miedo probar porque si tiene mal viento yo primero; si al principio tenía yo que hacerme una limpia con esas yerbas sipché porque es para ahuyentar los malos vientos, de sipché, para que no me haga daño; porque les digo, que a mi me hizo daño el rezo y tengo miedo; pero ya ahora con más confianza, ya no estén, no” (Marcelina Narváez, Muna, Yucatán, 17 de abril de 2007).

  • Información sobre los autores Patricia María Balam Gómez, Mexicana.
  • Cursó la carrera de Ciencias Antropológicas con especialidad en Antropología Social.
  • Egresada de la Facultad de Ciencias Antropológicas de la Universidad Autónoma de Yucatán.
  • Ha participado desde el año 2003 en el Proyecto Nacional Etnografía de las Regiones Indígenas de México en el Nuevo Milenio desarrollado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia, bajo la coordinación regional de la antropóloga Ella Fanny Quintal Avilés.

Ileana Beatriz Ruiz Alonso. Mexicana. Pasante de la licenciatura en Antropología Social en la Universidad Autónoma de Yucatán. Ha participado en los proyectos de investigación: “Etnografía de las Regiones Indígenas de México en el Nuevo Milenio” y en el “Proyecto Regional Etnografía de los Mayas de la Península de Yucatán”.

¿Cómo calmar a los aluxes?

Los aluxes, guardianes de la selva, con una estatura que sólo se acerca a la altura de las rodillas de una persona promedio, y con la apariencia de personas ancianas en miniatura, tradicionalmente vestidas a la usanza maya, son seres que habitan en las selvas del sur de México, llenando estos territorios de leyendas y magia.

– Los aluxes han estado siempre presentes en la cultura maya y no se sabe con precisión cuándo aparecieron. Algunos relatos mencionan que fueron los primeros pobladores de la tierra y que son más antiguos que el Sol. Son seres invisibles generalmente, aunque toman forma física cuando desean ser vistos.

Están asociados generalmente con lugares naturales como selva, cenotes, cavernas, grutas y campos, formando parte de la mitología maya, la cuál cuenta que para poder convivir en armonía con ellos es necesario mostrarles respeto, pidiendo su permiso para caminar por el suelo que vigilan, o mediante ofrendas de alimentos.

De la misma manera, respetar los espacios y crearles su propia casa para que no se molesten, ya que protegen el inframundo, llamado Xibalbá y también las milpas de los campesinos. Siguiendo la leyenda de los sabios mayas se debe crear figuras de aluxes, usando barro virgen extraído de alguna cueva a la que no hubiera entrado mujer alguna.

La leyenda cuenta que, otro de los ingredientes esenciales para la creación de este ser fantástico, eran nueve gotas de sangre de quien iba a ser su dueño, formando de esta manera una alianza sólida entre humano y criatura. Una vez que la figura de barro estaba lista se entregaba a su dueño y éste lo colocaba en un altar.

  1. Por las noches, el alux cobraba vida para cuidar las propiedades del dueño y sus animales, ahuyentar a los intrusos de la tierra, jugándoles bromas, perdiéndolos del camino a través de sonidos, arrojándoles piedras o simplemente asustándolos.
  2. Los relatos cuentan, que en la profundidad de las selvas se puede notar la presencia de un alux cuando alguien invade su territorio.

Los aluxes se manifiestan con sonidos, carcajadas, sombras, figuras que se desvanecen y cosas que cambian de lugar. Estos actos son una muestra de cariño y fidelidad del alux hacia su dueño y una manera de cuidar la naturaleza. Cuando su dueño muere, el alux permanece en los territorios del fallecido para cuidarlos, quedando bajo la protección de Yum-Kaax, dios maya del maíz.

En la cultura maya contemporánea, los aluxes son convocados cuando se les construye su propiedad, una especie de altar que es una casita llamada kahtal alux o «la casa del alux». Además se le brindará atenciones y ofrendas para mantenerlo contento. Si el alux se enoja, la mejor manera de calmar su enojo es dándole una ofrenda que contenga pozol y maíz, elementos básicos en la dieta de la cultura maya; de lo contrario, el alux puede robar las pertenencias del intruso, dañar a sus animales o estropear sus cultivos.

En la actualidad, la creencia en los aluxes sigue vigente en el sureste mexicano, en especial entre aquellos habitantes de sangre maya o quienes sienten devoción por los antiguos rituales prehispánicos; concibiéndolos como criaturas de un folklore antiguo que veneraba a la naturaleza y sus misterios.

¿Dónde se encuentran los aluxes?

Según la tradición maya, los aluxes viven en los bosques, grutas y cenotes. Son salvaguardas de la naturaleza.

¿Cómo son los aluxes reales?

Mitología – En lengua maya, el plural de alux es aluxo’ob, aunque en la mayor parte de México el plural se forma como en español: aluxes, Es el nombre dado al duende o espíritu en la tradición mitológica de algunos pueblos mayas del sureste de México, Belice y Guatemala.

  1. Se cree que los aluxo’ob o aluxes son pequeños, con una estatura que solo se acerca a la altura de las rodillas de una persona promedio, y con la apariencia de personas miniatura, tradicionalmente vestidas a la usanza maya.
  2. La tradición sostiene que los aluxes son invisibles generalmente, pero pueden asumir forma física con el propósito de comunicarse o espantar a los humanos así como para congregarse entre ellos.

Están asociados generalmente con lugares de la naturaleza tales como las selvas, grutas, piedras, y los campos pero también pueden ser engatusados a moverse hacia algún lugar por ofrendas. Su descripción y papel mitológico, como por ejemplo las artimañas que ellos juegan, son muy semejantes a las que tienen otras entidades míticas en otras culturas (tal como el leprechaun celta o el chaneque totonaca ).

¿Que les molesta a los aluxes?

¿Qué hace el Alux? ¿Y qué cosa les molesta? – Los Aluxes deben proteger el lugar mítico del Xibalbá, y por esto pueden ser malvados si uno es irrespetuoso con los santuarios o lugares naturales. Estos pequeños seres se parecen o a los duendes celtas o a los chaneques,

  • La tradición maya dice que son invisibles pero que pueden adquirir forma física con tal de comunicarse, ahuyentar o congregarse con los seres humanos.
  • Si el alux es tratado amablemente, el alux protegerá a la persona de los ladrones y aún, le traerá buena suerte.
  • Si son tratados con respeto pueden ser muy útiles.

Recuerda cuidar y ser respetuoso a dondequiera que vayas ya que puedes desatar la ira de los aluxes. Siempre cuida de los demás y de los los lugares, ayuda a su conservación. Que Comen Los Aluxes Archivo MD La leyenda de los Aluxes Alux Aluxes cultura maya leyendas leyendas mayas mitología maya mitos mitos mayas Que Comen Los Aluxes Escritor, poeta y ensayista. Busca entrar en el México desconocido a través de la palabra de los antiguos. Vive buscando su propio corazón.

¿Cuánto mide un Aluxe?

Los aluxes, traviesos seres de la mitología maya Una noche paseaba con mi familia en un poblado cercano a la ciudad de Campeche, Recuerdo haber cruzado un pequeño huerto donde el maizal ya había crecido, mientras mis padres caminaban al otro extremo de la calle.

  1. De pronto sentí que algo golpeó mi brazo.
  2. Al voltear, creí ver una pequeña sombra que corría entre el maíz.
  3. Me asusté tanto que fui corriendo con mi mamá; le tomé la mano sin dejar de voltear a todos lados, hasta llegar al hotel.
  4. Al entrar, el propietario del hotel me vio pálida y sin dudar me dijo: “parece que viste un aluxe”, y en seguida nos comenzó a contar su historia.
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El aluxe o alux’Ob (cuyo significado es geniecillo del bosque, duende o enano milenario) es un ser de la mitología maya, Habita, según la tradición oral, en las regiones de Guatemala, Belice y México, principalmente en los estados de Campeche, Chiapas, Quintana Roo y Yucatán.

  1. Este duendecillo fue representado en templos mayas como el de Yaxchilán, en Chiapas, y el templo escalonado de Nohoch Mul, en Cobá, Quintana Roo.
  2. Existen diferentes versiones sobre el origen del aluxe: por un lado, se dice que es un espíritu de la naturaleza y el primer poblador de la tierra; que existió incluso antes que el sol; por otro, cuentan que es el espíritu de los niños muertos antes de la conquista española.

El aluxe, travieso por naturaleza, tiene apariencia de anciano, estatura de niño y rasgos indígenas. Usa una especie de sombrero y alpargatas hechas con fibras naturales como la palma. Los brujos o sacerdotes mayas creaban un aluxe “por encargo”, durante una ceremonia que tardaba siete semanas, ya que solo se podía llevar a cabo los viernes.

El duende medía un poco menos de 50 centímetros de estatura y era creado a partir de barro virgen, procedente de las cuevas donde no había entrado mujer alguna, Se mezclaba con nueve gotas de sangre de quien fuera a ser su amo para establecer un fuerte vínculo entre ambos. Después de la ceremonia, el amo levantaba un altar en algún lugar escondido.

Dejaba ahí a su aluxe y le dedicaba oraciones y ofrendas para que éste cobrara vida por la noche para cuidar de sus animales y tierras. Cuando un desconocido pisa tierras custodiadas por algún aluxe, éste puede arrojarle piedras o hacer sonidos extraños para que el intruso salga despavorido.

Si un aluxe se enoja es capaz de provocar fiebre, diarrea, dolor de cabeza e incluso el “mal aire”, que solo puede ser curado por un H’men o brujo experto. Al morir su amo, el aluxe queda al servicio de Yum-Kaax, dios del maíz, aunque seguirá protegiendo la propiedad de su amo. Si por casualidad llega un nuevo propietario, seguramente le hará maldades: maltratará a sus animales, cultivos y hasta podría robarle sus pertenencias, hasta que el nuevo dueño le ofrezca oraciones y ofrendas que contengan pozol y maíz.

Este ser mitológico se comporta según el trato que recibe, busca llamar la atención, pero muy pocas veces se deja ver ya que es muy ágil y ligero. Eso sí, puede jugar con los niños. También le gusta bailar alrededor del fuego; toca instrumentos parecidos a la trompeta y hasta llega a tener un perro de barro, igual que ellos.

¿Por qué los aluxes se llevan a los niños?

El Mito del Alux Si alguna vez te has aventurado en la selva maya de seguro te has preguntado qué hizo que los árboles se movieran de repente, es probable que hayas estado en medio de los aluxes, Estas son pequeñas criaturas mitológicas de la península de Yucatán que generalmente son invisibles pero que pueden asumir una forma física similar a la de los mayas con sus vestimentas tradicionales, pero en miniatura.

  1. Aunque generalmente son invisibles, pueden hacerse presentes frente a los humanos cuando se sienten juguetones o traviesos.
  2. Se dice que los aluxes protegen muchos pueblos y áreas mayas que todavía existen hasta el día de hoy.
  3. Cuenta la leyenda que si les construyes una casa pequeña, ellos cuidarán tu tierra por siete años.

Muchos creen que ellos ayudarán a crecer las cosechas, llamarán a la lluvia y protegerán tu tierra por la noche. Después de 7 años, se recomienda sellar la casa para mantener al alux dentro de ella, si no lo haces estas criaturas mitológicas pueden volverse traviesas y buscar nuevos lugares para habitar.

Los aluxes deciden si se quedan o no en función a lo que el área tenga que ofrecer. ¿Interesado en conocer aluxes ? Estos habitan generalmente en bosques, cuevas, grutas o cenotes. Se rumora que incluso pueden ser encontrados en nuestro Tour a las Aldeas Mayas y Cenotes de Tankah. Asegúrate de unirte a esta excursión durante tu estancia en UNICO 20°87 °.

No sólo tendrás la oportunidad de experimentar tirolesas, canoa, y nadar en los cenotes, también, si tienes suerte ¡podrías coincidir con los aluxes ! : El Mito del Alux

¿Qué quiere decir Aluxe?

¿Por qué nos llamamos Aluxes? Según la mitología maya, los aluxes son pequeños duendes que tienen bajo su cuidado la selva. Desde hace siglos, estos simpáticos amigos han sido representados en diferentes maneras y medios: desde relieves en antiguos templos mayas y figurillas de barro, hasta expresiones gráficas modernas.

  • Lo cierto es que, aunque no los veamos, dado que viven en los sitios más recónditos de la jungla, los aluxes siempre están al pendiente de que no se perturbe a la naturaleza y, además, se cuide debidamente.
  • De hecho, cada vez que alguien decide adentrarse en la selva o realizar algo que le afecte en cualquier medida, es necesario que pida permiso a los aluxes, relazando un ritual y diversas ofrendas, pues, en caso de ignorarlos, estos juguetones seres pueden enojarse, esconder cosas, convocar a la lluvia y ahuyentar a los visitantes de diferentes maneras: aunque son pequeños, con un cuerpo regordete y un rostro envejecido, los aluxes son muy hábiles para hacer travesuras a quienes no los respetan.

Sin embargo, es muy sencillo ser amigo de un aluxe, pues si reconoces su autoridad y cuidas la selva, ellos resguardarán tus aventuras o tus deseos. Incluso algunos agricultores suelen construirles una pequeña casa o altares para que beneficien sus cosechas.

  • Los antiguos mayas también creían que ellos habían llegado a habitar la tierra mucho antes que ellos y que les debían la construcción de sus ciudades; sin mencionar que, igualmente, tenían la creencia de que resguardaban el camino a Xibalbá, es decir, a su inframundo.
  • Así pues, los aluxes y nuestro centro de rescate comparten el compromiso y la misión de cuidar la selva, respetando igualmente plantas y animales, y procurando difundir un mensaje de preservación hacia la naturaleza.

En Aluxes a veces estos pequeños seres nos hacen travesuras, haciéndonos sentir un roce suave a la altura de las rodillas, sin encontrar nada alrededor de ellas, o nos cambian las cosas de lugar. Inspirándonos en la cultura maya les hacemos ofrendas con maíz, miel, flores y frutas para que, protejan a todos los seres vivos grandes, pequeños y microscópicos que habitan en esta hermosa reserva.

¿Cómo se crean los aluxes?

El origen de los Aluxes – Cuentan que cuando los dioses crearon a los seres que habitan esta tierra dejaron incompletas a unas criaturas muy pequeñas, los aluxes. Los dioses les advirtieron que no debían escapar del cielo, pues si les daba la luz del sol se convertirían en piedra.

Sin embargo, llegada la noche se escaparon. Fue tanto su entusiasmo que no se dieron cuenta de que amanecía. Corrieron a esconderse, pero ya no pudieron regresar. Así, noche tras noche comenzaron a construir las pirámides para acercarse al cielo, pero un día sin darse cuenta salió el sol y quedaron convertidos en piedra.

Los dioses decidieron ayudarlos y hacer que, por lo menos, durante la noche cobraran vida. Desde entonces, las noches en la selva son ruidosas, con risas y cantos de los aluxes. Así lo cuentan los lacandones.

¿Qué hacen los chaneques?

Los chaneques (del náhuatl, “los que habitan en lugares peligrosos” o “dueños de la casa”) son criaturas de la mitología mexica, entidades asociadas al inframundo cuya principal función es escuchar y cuidar los montes y los animales silvestres; según las creencias pueden tomar diversas formas, de las cuales destaca el de pequeño hombre o mujer, dejando huellas blancas.

Se caracterizan por ser muy mentirosos. Estos seres habitan los bosques y las selvas, cuidan de los manantiales, los árboles y los animales silvestres. Se cree que son capaces de asustar a la gente y hacerles perder su tonalli, el espíritu asociado con el día de su nacimiento, lo que debe ser corregido con un ritual destinado a recuperar el tonalli perdido o la persona afectada puede llegar a morir.

En la actualidad, en México, los chaneques son espíritus traviesos, con aspecto de niños, que esconden cosas y se le aparecen a la gente distrayéndolos para hacerles perder el camino o desaparecerlos. Una creencia popular era que para evitar que los chaneques atraparan o se llevaran a las personas, se debía usar la ropa al revés al andar solo por el monte.

¿Cuánto cuesta la entrada a Los aluxes?

Precio

Adultos Menores de 2 años
Tour en español 34,30 US$ Gratis

¿Cuánto cuesta la entrada a aluxes?

Áreas de naturaleza y vida silvestre Acerca de Aluxes abre todos los días del año de 9am a 4:30pm Tenemos varias opciones para su visita, todos los precios son en Pesos Mexicanos: ENTRADA AL PARQUE Adultos $150; Niños menores de 1.30 mts $60; ALIMENTACION DE COCODRILOS $200 por persona; ALIMENTACION DE MANATÍ $100 por persona; CONTACTO CON CRIA DE COCODRILO O BOA $50 por persona; CONTACTO CON GUACAMAYA ROJA O TORTUGAS GIGANTES $50.00 por persona ALIMENTACION PATRO (EL COCODRILO ACUTUS MAS GRANDE DE MEXICO) Dos personas alimentan a este maravilloso ejemplar, solo fines de semana o con reservación $350; RECORRIDO NOCTURNO $400 por persona con un mínimo de 6 personas requiere reservación; PAQUETE NOCHE/DIA $450 PESOS mínimo 6 personas, requiere reservación; TEMPRANERO $278 mínimo 5 personas, si quieren entrar antes de las 9am y tener el parque solo para ustedes.

¿Cómo se pronuncia aluxes?

alux
Pronunciación (AFI): /aluʃ/

¿Qué elementos lleva un altar de Hanal Pixán?

La tradición incluye varios ritos, pero el principal consiste en poner una mesa que funciona como altar, alumbrada con velas de cera, debajo de los árboles del patio y cerca de las sepulturas de los familiares, donde se coloca comida típica de la temporada: atole nuevo, pibes o mucbipollos, jícamas, mandarinas,

¿Qué tipo de ofrendas le brindaban a los dioses Tláloc?

Ofrendas a Tláloc: Excavaciones 2000 en las “Ajaracas” y las “Campanas” Las ofrendas a Tláloc Las ofrendas en el Templo Mayor El Templo Mayor de Tenochtitlan, en su calidad de espacio sagrado, debió haber sido a la llegada de los españoles, el receptáculo de una cantidad inimaginable de ofrendas. ¿Qué se ofrendaba y para qué? Al hacer un recorrido por las salas del museo, se puede observar la calidad y la variedad de los objetos ofrendados. Objetos magníficamente manufacturados en materias primas provenientes de una gran cantidad de lugares, especies marinas traídas desde los dos océanos, piezas recuperadas de la ciudad de los dioses, Teotihuacan, abandonada mucho tiempo antes de que Tenochtitlan fuera siquiera imaginada, restos óseos humanos trabajados y una gran cantidad de materiales, han sido recuperados por el proyecto.

  1. Además de este tipo de ofrendas, que son las que más fácilmente resisten el paso del tiempo, los mexicas dedicaban a sus dioses una serie de bienes, cuya presencia puede ser detectada gracias a la aplicación de análisis químicos.
  2. Entre esta clase de dones consagrados a los dioses tenemos el pulque, la sangre, las toritillas, tamales, etc., como lo mencionan muchas fuentes históricas.

Este tipo de ofrendas, las más vulnerables a desvanecerse en el tiempo, era quizá las más frecuentes. De cualquier manera podemos afirmar que el acto de ofrendar, era una actividad ritual muy común, en el mundo prehispánico que refleja la continua comunicación que, entre hombres y dioses, existía en el Templo Mayor. Las últimas siete ofrendas que se han excavado en el Templo Mayor y que se depositaron entre los años 1502 a 1520, fueron dedicadas a Tláloc, dios de la lluvia, tanto de la que puede matar a través de las tormentas, como de la que da vida a las cosechas.

Era el señor del tlalocan, lugar a donde iban los que morían por causas relacionadas con el agua, y que fue comparado por los españoles con el paraíso. Tláloc era además el dios al que estaba dedicada la parte norte del Templo Mayor. Como nos indica el supervisor del PAU, el arqueólogo Álvaro Barrera, en los ritos uno o varios sacerdotes evocaban a los dioses plegarias antes de colocar la ofrenda en lugares estratégicos de las entrañas del Templo Mayor.

Era su ofrenda y la de su pueblo, el diálogo con las divinidades que procuraba obtener beneficios para el grandioso Pueblo del Sol, agradecer sus bondades, conmemorar o consagrar monumentos, edificios y sucesos calendáricos rituales. Diversos tipos de ofrendas fueron dedicadas a esta deidad y las siete ofrendas excavadas por el PAU, son una magnífica muestra de esto.

Ofrenda 101 Ofrenda 102 Ofrenda 10 3 Ofrenda 10 4 Ofrenda 10 5 Ofrenda 10 6 Ofrenda 10 7

De todas estas ofrendas qué exponemos y por qué? De los materiales encontrados en esta última temporada de excavación, se hizo una selección tomando en cuenta sobretodo, aspectos relativos a la conservación. Como se podrá imaginar, debido a la naturaleza tan peculiar de los materiales encontrados, los tratamientos de conservación han sido una parte medular y hay ciertos objetos que no serán exhibidos para no poner en riesgo su integridad, como sería el caso de los extraordinarios textiles, lo objetos de hule, la máscara de madera, etc., los cuales estarán presentes a través de la fotografía.

  1. Sin embargo, próximamente se darán a conocer al público interesado, cuando concluya con el minucioso trabajo a cargo del equipo de restauración.
  2. Pese a la ausencia de algunas piezas, en esta ocasión se expondrán alrededor de 2000 piezas arqueológicas entre las que se cuentan centenares de caracoles y conchas, restos óseos de animales, instrumentos musicales prehispánicos, escultura de piedra, máscaras de cerámica, cuchillos de sacrificio, por mencionar solamente algunos.

: Ofrendas a Tláloc: Excavaciones 2000 en las “Ajaracas” y las “Campanas”

¿Qué significa ver un alux?

¿Por qué nos llamamos Aluxes? Según la mitología maya, los aluxes son pequeños duendes que tienen bajo su cuidado la selva. Desde hace siglos, estos simpáticos amigos han sido representados en diferentes maneras y medios: desde relieves en antiguos templos mayas y figurillas de barro, hasta expresiones gráficas modernas.

  • Lo cierto es que, aunque no los veamos, dado que viven en los sitios más recónditos de la jungla, los aluxes siempre están al pendiente de que no se perturbe a la naturaleza y, además, se cuide debidamente.
  • De hecho, cada vez que alguien decide adentrarse en la selva o realizar algo que le afecte en cualquier medida, es necesario que pida permiso a los aluxes, relazando un ritual y diversas ofrendas, pues, en caso de ignorarlos, estos juguetones seres pueden enojarse, esconder cosas, convocar a la lluvia y ahuyentar a los visitantes de diferentes maneras: aunque son pequeños, con un cuerpo regordete y un rostro envejecido, los aluxes son muy hábiles para hacer travesuras a quienes no los respetan.

Sin embargo, es muy sencillo ser amigo de un aluxe, pues si reconoces su autoridad y cuidas la selva, ellos resguardarán tus aventuras o tus deseos. Incluso algunos agricultores suelen construirles una pequeña casa o altares para que beneficien sus cosechas.

Los antiguos mayas también creían que ellos habían llegado a habitar la tierra mucho antes que ellos y que les debían la construcción de sus ciudades; sin mencionar que, igualmente, tenían la creencia de que resguardaban el camino a Xibalbá, es decir, a su inframundo. Así pues, los aluxes y nuestro centro de rescate comparten el compromiso y la misión de cuidar la selva, respetando igualmente plantas y animales, y procurando difundir un mensaje de preservación hacia la naturaleza.

En Aluxes a veces estos pequeños seres nos hacen travesuras, haciéndonos sentir un roce suave a la altura de las rodillas, sin encontrar nada alrededor de ellas, o nos cambian las cosas de lugar. Inspirándonos en la cultura maya les hacemos ofrendas con maíz, miel, flores y frutas para que, protejan a todos los seres vivos grandes, pequeños y microscópicos que habitan en esta hermosa reserva.

¿Cuándo se pone la ofrenda para los matados?

La ofrenda se coloca por la mañana pero es más común que quede lista a las ocho de la noche, antes de comenzar a repartir la Calaverita. En México 1 y 2 de noviembre se han convertido en días de fiesta y celebración.

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