![]() Entre rizas y sin prisa, nos unimos a la brisa mangle que nos llama, estrellas que nos atan. A esta tierra borincana, que se esfuma, no hacemos nada. No te apures mi Culebra, que en la unión está la fuerza. Aquí para tí estamos, y en tí nos encontramos. Entre aguas cristalinas, noches de vida escondida que hechizan, con la luna a la deriva, encontramos armonía. Sin resguardo, en plenitud. Sin disfraz, ni exactitud. Solo aprendemos de cada respiro que intentamos cultivar, para así lograr llegar al estado que tanto hemos añorado. Al que cada día le pedimos que nos de energía, sin rebase. Que sustente lo elocuente y lo alocado. Porque somos quienes no somos, solo vientos, sin cuentos, sin esquemas. Solo buscamos llegar al estado de balance, en donde el sentir se convierte en un viaje eterno e infinito del interior. Que a veces nos sorprende, nos amedrenta, pero que al fin, se convierte en el pacífico de venir del cuerpo físico-metafísico y sin sentido pero con un fin. Fin que no es fin, relativo al pensamiento, en este mundo tan violento, y por eso estamos aquí. Conservando lo que no es nuestro, que al fin y al cabo, si es nuestro. Universal siempre perfecto, como un círculo, un ciclo, reconocemos lo natural y apreciamos su libertad con control en este espiral. Por: Inés Parrilla y Myrna Rodriguez
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CESAMLos autores de los escritos publicados en este blog son miembros del Capítulo Estudiantil de la Sociedad Ambiente Marino. Archivos
February 2014
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