![]() Por Limarys Suárez Torres / lsuarez1@elnuevodia.com La manera en que Puerto Rico ha utilizado su terreno, erigiendo construcciones que interrumpen el flujo natural del agua, ha convertido a la isla en un lugar donde vivir en “estado de emergencia” será una constante. Varios planificadores consultados por este diario puntualizaron ayer que el País mantendrá su incapacidad de mitigar y reponerse de las inundaciones repentinas, como las provocadas por una onda tropical la semana pasada, si continúa la práctica de construir sin visión de futuro y en zonas inundables. “Como sociedad hemos ocupado el espacio que los ríos usan para descargar grandes caudales de agua y también nos hemos aproximado a la orilla del mar donde éste entra cuando hay marejada ciclónica y alto oleaje. La planificación que Puerto Rico ha descansado en obras de ingeniería de control de inundaciones y esas obras cuestan mucho realizarlas y mantenerlas”, dijo Félix Aponte, planificador. El evento de lluvia del jueves estableció un récord de precipitación en la zona metropolitana de 9.23 pulgadas de lluvia y provocó que se inundaran las principales vías públicas, dejó a 40,000 abonados de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) sin el servicio de luz y cientos de damnificados en San Juan, Carolina y Cataño. Además el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín tuvo que cerrar por tres horas lo que obligó que 15 vuelos fueran desviados hacia Aguadilla. Ayer, otra onda tropical dejó lluvia e inundaciones en Arecibo, Barceloneta y Hatillo aunque no en la misma magnitud. “Estamos experimentando eventos de lluvia más extremos con más frecuencia por el cambio climático y esa infraestructura que no está bien mantenida es incapaz de manejar estos grandes caudales de agua. El espacio que los ríos necesitan para esa función es el mismo que nosotros hemos urbanizado. Hay que dejarle el espacio a la naturaleza y nosotros adaptarnos a sitios más altos y más lejos de los cuerpos de agua”, destacó Aponte. El planificador reconoció que redefinir los espacios urbanos será costoso pero hay que hacerlo antes de que la naturaleza nos pasando una factura aun más alta por la planificación inadecuada. “Esos costos cada vez serán mayores si dejamos las cosas como están porque seremos una sociedad más vulnerable. La anomalía de la onda tropical de la semana pasada va ser la normalidad del clima de los próximos años y negar esa realidad sería insensato. Hay que comenzar un proceso de uso y manejo de terreno inteligente que reconozca esa realidad del clima y la naturaleza”, apuntó. “Desastres humanos” Por su parte, Gabriel Rodríguez Fernández, presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Planificación destacó que se está fallando en corregir situaciones recurrentes y el país tiene que invertir en medidas de prevención para reducir los riesgos. “La inversión que se debe hacer es la relocalización de las actividades. En estos tiempos de crisis y ahora con el cambio climático la planificación es mucho más importante”, dijo. Rodríguez Fernández catalogó las constantes inundaciones urbanas como “desastres humanos”. “La naturaleza es como es. El río busca su cauce y la gente es la que se le mete en el medio. Puerto Rico depende que el gobierno federal ayude. Así es como atendemos las emergencias, pero eso no es sostenible y no podemos seguir en negación. Tenemos que planificar para enfrentar mejor los riesgos naturales, geológicos y económicos”, sostuvo. Mientras, Epifanio Jiménez, exdirector de la Defensa Civil, ahora la Agencia Estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (AEMEAD), destacó que mitigar es prepararse para que no suceda lo mismo bajo circunstancias iguales y ahí es que el gobierno está fallando malamente. “Hay muchas cosas que se pueden hacer en preparación y mitigación que no conllevan grandes gastos. No se está mitigando como deberíamos”, dijo. Recurso: http://www.elnuevodia.com/laingenieriadeundesastre-1557732.html
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